Aunque no sea ninguna novedad, ya que alguno de vosotros seguro que la habéis visitado, la antigua central eléctrica londinense, portada del álbum Animals de Pink Floyd, está incluida dentro de un complejo urbanístico que ha revalorizado toda esta parte de la orilla del Támesis, siendo ahora una de las partes más importantes de la ciudad.
Aprovechando nuestro viaje para asistir al concierto de Roger Waters, hicimos nuestra casi nuestra obligatoria visita.
Nuestra llegada fue sobre las 10 de la mañana y aunque los domingos las tiendas de su interior no abren al público hasta las 12, se podía acceder dentro con toda normalidad.
Resulta impresionante recordar nuestros primeros viajes a Londres, cuando visitamos Battersea Power Station, prácticamente un edificio en ruinas en un descampado, sólo, abandonado, cuando pasabas con el tren se podía admirar perfectamente con toda su grandeza y ahora, prácticamente no es visible, escondido por todas las nuevas construcciones a su alrededor.
Y ahora, aquella obsoleta central eléctrica que estaba casi en proceso de demolición, admirarla toda reconstruida, con viviendas, con un espectacular centro comercial, es algo inimaginable que nunca hubiera pensado desde mi primera visita.
A pesar de haber tenido suerte de que al no estar abierta todavía al público y se podía pasear por sus instalaciones con toda comodidad y poder hacer fotos sin afluencia de personas, teníamos previsto un tour que se realiza en sus instalaciones con una visita por ascensor desde dentro de una de sus columnas, con un mirador en la parte superior para divisar la ciudad, pero al tener ese tour el mismo horario que la apertura de tiendas, no pudimos esperarnos más de una hora, ya que teníamos otra actividad programada.
Esperamos poder realizar pronto ese tour pendiente, siempre es bueno dejarse algo para tener una excusa para un nuevo regreso.
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